¡No puedo más!

¡Estoy harta!

¿Cuántas veces has oído, pensado, dicho o gritado estas palabras? Unas cuantas, seguramente. La sociedad en la que vivimos nos pide muchísimo, mujeres. Tenemos que cuidar dentro de casa, sin el tiempo y el apoyo familiar que había antes de que saliéramos a trabajar fuera de casa. Además, ahora hay que ser productivas en nuestros trabajos, ser buenas profesionales. Intentamos ser buenas parejas, buenas amigas, buenas hijas, hermanas, etc.

Nos autoexplotamos para ser buenas pero ser buenas todo el tiempo no es posible.

El traspasar nuestros límites para complacer a los demás y evitar las confrontaciones, es absolutamente agotador. Cuando estamos al límite, podemos sentir agotamiento físico, mental y emocional. Podemos enfermar, de esta manera nuestro cuerpo nos “obliga” a descansar y cuidarnos a nosotras mismas, pero encima nos sentimos culpables porque no estamos “cumpliendo”. Podemos sentirnos tristes, porque en algún lugar sabemos que no nos estamos cuidando a nosotras mismas y esto representa un autoabandono. Podemos sentir ansiedad, porque desarrollamos un estrés crónico intentando llegar a todo, asumiendo una sobre-responsabilidad que no podemos asumir. En muchas ocasiones nos sentimos solas, porque no estamos compartiendo la carga que implica nuestro día a día y seguimos tirando del carro… Y si arrastramos esta dinámica, es posible que lleguemos a un punto en el que ya no sabemos qué hacer con nuestra vida, nos sentimos infelices y confundidas.

Nos hemos perdido en el hacer, sin que esas acciones correspondan a nuestras necesidades. Nuestra vitalidad está apagada, nos sentimos inseguras, irritables o demasiado agotadas para sentir. Dejamos de lado nuestros placeres, perdemos la asertividad, ya sea aceptando más carga o respondiendo al mundo con agresividad. No estamos disponibles en relaciones que podrían ser nutritivas porque tenemos pilas de listas de cosas que hacer.

¡Uf! En serio, somos muchas a tener esta experiencia y tenemos que hacer algo por nosotras, porque lo necesitamos y además, si no estamos bien, tampoco estarán bien nuestros seres queridos. Podemos empezar tomando conciencia y diciéndonos alto y claro ¡Estoy harta!, que ya es un comienzo…

Un fuerte y dulce abrazo,

Paula

*******************************************************************************************************

Os invito a seguirme a través de las redes sociales y así estamos conectadas:
Instagram e Facebook
Y si os apetece podéis daros de alta en el formulario de contacto que encontraréis en el pie de página de la web para que os envíe una vez al mes un email con contenido interesante para que todas salgamos de nuestra cueva cuando nos sintamos preparadas.

4 comentarios en “¡No puedo más!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *